El Montseny

El Hostal Monserrat me recuerda a la Masía que tenían mis padres, solo que mis padres no lo dedicaban, como tal, sino que lo dedicaban al campo, a los animales al huerto y a explotar el restaurante. El hostal era simple sin ninguna clase de lujos, ni detalles ostentosos así que si buscas la absoluta tranquilidad este es tu sitio, si no es así, pasa de largo y ves a otra cosa mariposa. Si eres alérgico al gluten o intolerante como yo, tanto al gluten como a la lactosa sin ningún problema y avisando con tiempo te preparan un excelente desayuno y comida, nosotros desayunemos allí. Mi desayuno fue perfecto, pan sin gluten y sin lactosa, con pipas de calabaza. Sugiero que si eres alérgico a los frutos secos, lo comentes al hotel o hostal, queso de coco, buenísimo, galletas sin gluten y lactosa, zumo de naranja, tomate, aceite de oliva virgen y café con leche de arroz. No comimos allí pues, el Montseny es un parque muy grande, que en un día es imposible de recorrer todo, por lo que mi consejo es que si vais cojáis alojamiento de tres o cuatro días, ya que hay mucho que ver.

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El parque es una gran biosfera, que en algunos momentos me recordaba a las brujas de Blair, con aquellas cabañas salidas de pronto de la nada, como por arte de magia, al contrario que la Garrotxa el bosque del Montseny es más verde y con más castaños, encinas y hayas, además de frutas silvestres rojas moras, fresas silvestres, madroños que forman esos bonitos colores entre rojos anaranjados, hongos y setas, por no hablar de la gran gastronomía rica en hortalizas y en productos agrícolas de la zona.

Pero vayamos al día en sí, salimos del Prat al hostal Monserrat, con objetivo de ver el parque del Montseny, una gran aventura, que quería experimentar después de haber visto el parque de la Garrotxa olot, como no creí que hubiera otro marque en el mapa: hostal Monserrat y cual no fue mi sorpresa y estupor al encontrarme que el mapa nos llevara al primer hostal de masquefa abandonado y senil, creí que me iba a dar algo, pero todo se solucionó enseguida y no dejo de ser una anécdota graciosa del viaje, el cual estuvo muy cargado de risas, curvas y algún que otro susto, con la cámara en la mano, trate de imaginarme, al primer hombre sobre la tierra maravillándose por cada descubrimiento sobre la faz de la tierra, entonces una lagrima silenciosa y serena me vino a mis ojos al contemplar la magnitud del parque: Montseny

Jade. Bueno Morales

El montseny

 

 

 

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